La música son tus palabras.
La almohada es tu cuerpo.
El humo que inhalo son tus besos.
El humo que suspiro, la rabia...
porque en realidad no estás conmigo.
Imaginarte debo,
ya que abrazarte, quiero y no puedo.
Consolar el deseo con cuerpos perfectos
que juegan y bailan para mí,
allí en aquella pantalla...
lejanos, frios y ajenos.
Ven, acercaté a mí.
évitame este consuelo
cuando no estás aquí.