Trece de abril de dos mil once
el poeta urbano regresa
para deleitarnos con sus palabras de bronce.
¡Qué ganas!
... y tú ganas...
nuevos versos para acompañar este alma solitaria.
No es del todo cierto,
pues la vida es una sucesión de momentos
en el que las emociones bailan.
Hoy te sientes solo,
y mañana te aclaman.
No es mi deseo quedarme en vibraciones bajas,
sé que la melancolía me inspira.
Si me quedo aquí,
seguro brotarán lindas rimas.
Prefiero ser un poeta en paro
y mirar al padre Sol en lo alto con la cabeza bien alta
que nadar en la densidad pesada.
No sería justo ni exacto,
tan solo necesito un descanso.
Hermano Nacho, ¡Nach!
Gracias por compartir incluso tus llantos...
que a mí me acompañan en los momentos bajos,
encontrando en tus palabras un refugio...
y éste, lo quiero ahora...
compartir con el mundo.
Nada ni Nadie.